Vendimia en familia, toda una experiencia en Rioja Alavesa
Otoño es época de vendimia. Las grandes extensiones de viñedos muestran un espectacular paisaje tintado de una amalgama de tonalidades: verdes, ocres, rojizos, tostados… Para descubrirlo hicimos una escapada a Rioja Alavesa, en la que vivimos toda una experiencia: una vendimia en familia.
Rioja Alavesa es una comarca de laderas escalonadas que goza de un microclima privilegiado para el cultivo de la vid, tradición que se remonta más allá de los romanos. Sin duda hablar de Rioja Alavesa es hablar de enoturismo, de sus caldos amparados bajo la Denominación de Origen Calificada Rioja.
Para realizar nuestra particular vendimia familiar nos dirigimos a uno de los viñedos situados a las afueras de Labastida. Equipados con tijeras y cestos, y repartidos en pequeños grupos, comenzamos a vendimiar, es decir, a cortar los racimos de uvas, siguiendo las indicaciones de un agricultor de la zona que nos acompañaba.
Labastida conserva – sobre los bancales de roca arenisca, entre viñas-, un buen número de lagares rupestres de antigüedad centenaria, fieles testigos de la intensa actividad vitivinícola de esta zona.
La actividad más divertida (y en la que los niños más disfrutaron) fue el pisado de la uva en uno de estos lagares, y el poder beber el mosto recién extraído con nuestros propios pies.
Sin viajas con niños, te recomiendo realizar esta auténtica –y didáctica- experiencia, y después, no te pierdas visitar Villa Lucía, el centro temático del vino, donde podrás dar paseo virtual en 4D por Rioja Alavesa de la mano del duendecillo Vinfo.
Muchas gracias Chary! Ésta es una buena manera de mantener esas tradiciones y enseñárselas a las generaciones venideras. Y además, de forma divertida! 🙂
Hola Lala, gracias por tu comentario en La blogoteca.
Esta entrada me ha gustado mucho, muy bien documentada y explicada.
Aunque muchas tradiciones y formas de hacer las cosas se están perdiendo, afortunadamente todavía quedan lugares que las practican
En las bodegas grandes se ha industrializado todo el proceso de elaboración del vino, pero aún quedan bodegas que siguen haciéndolo a la manera tradicional (nosotros visitamos una: El Fabulista, en Labastida).
Sí, nos bebimos el mosto (llevábamos los pies limpios, jeje). El problema no estaba en el sabor «a queso» sino en la tierra, ya que era un lagar rupestre, de piedra, en medio del campo; había que dejar reposar el mosto un poco para que la tierra se posase en el fondo del vaso, pero el mosto estaba buenísimo y súper dulce!!
Los peques disfrutaron de lo lindo con la experiencia.
Saludos!!
Pensaba que ya no se pisaba la uva … con los pies claro …
de lo que salió … bebísteis? … la verdad que la experiencia debió ser buenísima!.
Un saludo.