Destinos con alma: La Posada San Marcos, en Alájar
Es algo casi adictivo. Cuanto más conozco la Sierra de Huelva, más me gusta, así que en cuanto tengo oportunidad me hago una escapadita rural a la Sierra de Aracena. Por toda la zona hay un sinfín de alojamientos y casas rurales, pero en el último viaje me quedé en la Posada San Marcos, un destino con alma en Alájar.
Ya había estado en este hotel con anterioridad, participando en actividades como su “Escuela de Jamón”, pero por H o por B nunca había podido quedarme a dormir, así que esta vez quise alojarme en la Posada y conocer en primera persona todos sus servicios. Recomendable 100%.
La Posada San Marcos se encuentra en Alájar, un pequeño pueblo de la Sierra de Aracena que –como ya te he contado– tiene una magia especial. Sus propietarios, Ángel y Lucy, compraron esta típica casa de pueblo del siglo XIX prácticamente en ruinas, y tras mucho esfuerzo, sudor y lágrimas, la desmontaron literalmente para equiparla con la última tecnología sostenible, logrando reconvertirla en un alojamiento completamente ecológico, único en la provincia.
Ellos lo llaman “locura sostenible” y si les preguntas, estarán encantados (y orgullosos) de explicarte todos los detalles. No es para menos… En la zona de recepción hay un completo dossier que muestra cómo se desarrolló el proyecto de rehabilitación, reutilizando todos los materiales existentes del edificio anterior (la piedra de los muros, las tejas, las antiguas vigas de castaño, las puertas de madera maciza, aislamientos de lana de oveja y corcho natural…)
Enamorados de esta tierra, para Ángel y Lucy lo más importante es la conservación, respeto y protección del medioambiente. Por ello la calefacción y refrigeración de la Posada funciona con energía geotérmica, es decir, aprovechando el calor del interior de la Tierra; energías limpias que suponen un importante ahorro energético.
Como decía, el edificio mantiene la estructura de la típica casa de pueblo de la zona, con dos plantas que se destinaban a vivienda, y un semisótano utilizado antiguamente como secadero de jamones y chacinas (donde hoy se encuentra el comedor). En la parte posterior del edificio hay una agradable terraza con unas vistas increíbles al valle, una amplia zona ajardinada con árboles frutales y plantas endémicas de la zona, una piscina exterior, un pequeño huerto ecológico, y… ¡una cama elástica! (que por supuesto, puedes utilizar y echarte unas risas).
La Posada tiene 6 habitaciones dobles, todas ellas diferentes: con cama individual o de matrimonio, con ducha o bañera, adaptada para minusválidos, habitaciones comunicadas… La mayor parte del mobiliario de las habitaciones y salones es antiguo, rescatado, restaurado y recuperado; son objetos que tienen mucha historia a sus espaldas.
Lo rural no está reñido con la comodidad, así que las habitaciones están equipadas con enormes y cómodas camas con colchón viscoelástica, toallas y sábanas de primera calidad, TV de pantalla plana, WiFi gratuita (en todo el hotel), calefacción regulable individualmente, seca toallas de bajo consumo en los cuartos de baño… Pero no esperes encontrar mil botecitos de amenities; el gel y jabón de manos son biodegradables y además, los encontrarás en envases rellenables.
Siguiendo con su política medioambiental, en la Posada todo es reutilizable. Desde el agua potable que una vez utilizada se redistribuye para regar las plantas, a los desperdicios orgánicos con los que se abona el jardín.
En la planta baja, el lobby es un agradable salón con sillones y chimenea, una pequeña biblioteca, y un bar donde puedes servirte tú mismo una copa, un té o un café. Esto resulta sorprendente, pero estos anfitriones confían plenamente en sus huéspedes, y en que si consumes algo, te lo apuntes en la libreta destinada a tal fin y liquides cuentas cuando te vayas.
En la planta semisótano hay un amplio comedor donde se sirven los desayunos y las cenas. También puedes reservarlo para realizar reuniones, pequeños congresos o workshops.
La cocina de Lucy
Qué decir de la cocina de la Posada! Una cocina totalmente casera, con recetas tradicionales de la madre de Ángel que Lucy ha recuperado y adaptado, aportándole su toque especial inglés. Utiliza productos de la tierra y de temporada, que proceden de su propio huerto ecológico o de los vecinos y pequeños productores de la sierra. En nuestro mundo actual, de la cultura del envase y el sabor a plástico, ésto es todo un lujo y un privilegio.
Los desayunos de la Posada son brutales, especialmente la manteca “colorá”, la mermelada casera, los 12 tipos diferentes de aceite de oliva, la fruta y nueces ecológicas, el pan negro cocido en el horno de leña de El Calabacino… y ese olor a café recién hecho.
La Posada no tiene restaurante al uso, pero preparan cenas bajo demanda. Eso sí, el menú es sorpresa! (aunque puedes indicar previamente si tienes alguna alergia o hay algún alimento que no comas). Pero he de decir que las sorpresas de Lucy me encantaron: paté de higaditos de pollo con mermelada de calabaza, carrilleras de ibérico al chocolate, solomillo de cerdo ibérico con salsa al brandy… Sencillamente, para chuparte los dedos, en especial los postres caseros: si te gusta el chocolate negro, la tarta de Lucy será tu perdición!
También previa petición pueden prepararte un picnic para llevar, si es que vas a pasar el día haciendo alguna ruta de senderismo por el Parque Natural, o si prefieres comer al aire libre (como nosotros) en la Peña Arias Montano.
Turismo de experiencias en la Posada
Pero alojarte en la Posada San Marcos no es solamente dormir en una cama confortable. Aquí también ofrecen numerosas actividades, bien organizadas por ellos mismos, bien en colaboración con otras empresas de la Sierra.
Una de las más recomendables es la “Escuela de Jamón Ibérico”. Puedes pasar el día conociendo a fondo cómo se elabora este exquisito manjar, primeramente visitando una finca ecológica para ver a los cerdos de pura raza en la dehesa y conocer su proceso de cría en montanera, luego visitando un secadero de jamones, y por último, en un taller de corte y cata de jamón maridado con vino fino y manzanilla en la propia Posada. Toda una experiencia para los sentidos. Aquí puedes ver lo que hicimos.
También puedes disfrutar en la Posada de sesiones de yoga y relajación, o te pueden organizar paseos a caballo o en bicicleta, rutas ornitológicas y micológicas, paseos nocturnos para observar las estrellas, y todo tipo de actividades de turismo activo y deportes de aventura.
El Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche ofrece un sinfín de posibilidades para disfrutar del relax, la tranquilidad y la naturaleza. Posee unos mil kilómetros de senderos, aunque muchos de ellos aún no están debidamente señalizados. Esto no supone un problema, ya que los posaderos (como así se autodenominan) se han recorrido todas las rutas de senderismo que parten de Alájar y han elaborado unos libros-guía con todo tipo de explicaciones gráficas que te prestan para que no te pierdas. ¿Se puede pedir más?
En definitiva, en la Posada te asesoran de manera personalizada y te pueden recomendar y organizar las actividades que más se ajusten a tus preferencias.
La Posada San Marcos es una forma diferente de vivir y sentir el turismo rural, un compromiso con la calidad y el respeto al medio ambiente. En definitiva, #destinosconalma.
Por cierto, son muy activos en las redes sociales, así que puedes seguir a los @Posaderos en su blog, twitter, facebook e instagram.
La Posada San Marcos tiene el Certificado de Excelencia 2013, otorgado por TripAdvisor.
Pero si hay algo con lo que me quedo después de pasar unos días en la Posada San Marcos es con el trato cordial y amigable de sus posaderos, Lucy y Ángel, sin olvidar a Sofía (la posaderita).
Esta familia te hace sentir como si estuvieras en tu propia casa, y… como ya la considero «mi casa», pienso volver 😉
Muchas gracias por tus halagos, creo que has dibujado un cuadro bastante fiel de nuestro establecimiento a pesar de que tu estancia no haya sido tan larga. Pero como todos bien sabemos, ha sido la primera y no la última.
Besos de los Posaderos
Gracias a vosotros, @Posaderos! Sólo he contado la realidad de lo que viví con vosotros 🙂 Me hubiera gustado quedarme más días pero… volveré! 😉