Garganta la Olla, el pueblo de La Serrana de La Vera
Conocido como el pueblo de La Serrana de La Vera, Garganta la Olla es uno de los pueblos más bonitos y con mayor encanto de la provincia de Cáceres. Su caserío, muy bien conservado, posee un rico patrimonio histórico y es una buena muestra de la arquitectura popular de la comarca de La Vera. Demos un paseo por su Conjunto Histórico Artístico para descubrir qué ver en Garganta la Olla, un pueblo donde el tiempo parece haberse detenido.
Cuando visites la comarca de La Vera, esa idea que, tal vez, tengas de una Extremadura llana, seca y árida cambiará por completo y para siempre. Esta zona, situada al noreste de la provincia de Cáceres, es un verdadero vergel surcado por el río Tiétar, donde las gargantas, chorreras y riachuelos de agua súper limpia (¡y muy fría!) han dado lugar a áreas de frondosa vegetación y piscinas naturales que, especialmente en verano, se agradecen.
Si el entorno natural de La Vera sorprende, los pueblos que forman la comarca -cinco de ellos declarados Conjunto Histórico Artístico– son realmente todo un descubrimiento.
Uno de los más antiguos y mejor conservados es Garganta la Olla, cuyo curioso nombre proviene de “Ad fauces” (junto a las gargantas), ya que la localidad se asienta en la Sierra de Tormantos, en una “olla” formada por la confluencia de la Garganta Mayor con la Garganta de San Blas.
Bosques de castaños, robles y alcornoques dan forman al paisaje que rodea a este pequeño pueblo lleno de historias y leyendas, donde la arquitectura popular es la protagonista absoluta. Las calles estrechas y las típicas casas de entramado de adobe, madera y piedra crean mil rincones donde querrás detenerte para admirar con atención cualquier detalle: una balconada llena de flores, una antigua fuente, un dintel de piedra, un portal blasonado o un estrecho pasadizo con halos de misterio.
Qué ver en Garganta la Olla: ruta por el casco histórico
Antes de comenzar el paseo por Garganta la Olla te recomiendo hacer una parada en el mirador de «La Serrana de La Vera» (en la carretera de Yuste), donde verás una escultura de esta mujer de leyenda que, según cuentan, era Isabel de Carvajal (poderosa familia de Garganta la Olla) que fue abandonada casi en el mismo altar antes de casarse con el sobrino del obispo de Plasencia.
Dicen que en venganza por este desprecio, La Serrana se fue a vivir a una cueva de la Sierra donde embaucaba a los hombres y allí mismo los mataba. Fíjate en la estatua, vestida de cazadora con puñal y ballesta… una mujer, sin duda, de armas tomar. Además de lo curioso de esta historia, las vistas del pueblo desde el mirador merecen la pena.
Ya en el pueblo, puedes empezar tu paseo en la Ermita del Cristo del Humilladero, cuyo altar está recubierto de azulejos de Talavera. Aquí deberás olvidarte del coche para adentrarte, a pie, en el casco antiguo de Garganta la Olla.
A escasos metros verás la calle Chorrillo, la más importante del pueblo. Es para disfrutarla sin prisas, observando sus peculiares casas y sus balconadas sobre vigas de madera.
Fíjate en la Casa de Postas, construida en 1576, según indica la inscripción que verás en el capitel de la columna que preside su entrada. Otra curiosidad de esta columna es que en su fuste de granito se puede apreciar una mancha de humedad que se acentúa cuando se acerca un temporal de lluvia (importante para un pueblo como éste en el que la agricultura sigue siendo medio de vida principal). Esta Casa, en tiempos de Carlos V, sirvió de posada para los viajeros que llegaban a Garganta la Olla.
Continuando el paseo por la calle Chorrillo, en el número 3 se encuentra la Casa de las Muñecas, inconfundible con su fachada de color azul añil. Era uno de los prostíbulos más concurridos de los tres que tenía el pueblo en la época del emperador (Carlos V se quedaba en el Monasterio de Yuste y sus soldados… ¡en fin!). En el dintel en piedra que adorna la puerta, fíjate en la pequeña escultura labrada de una muñeca vestida con el traje tradicional. Resulta llamativo que este pequeño lugar tuviese tres burdeles en el siglo XVI y da una idea de la importancia y riqueza que tuvo en épocas pasadas. Curiosamente, aquí surgió la expresión “irse de picos pardos” porque las prostitutas de Garganta la Olla, por orden de los Reyes Católicos, debían llevar los picos de sus enaguas visibles y de color pardo para dejar claro su “oficio”.
Avanzando por la peculiar calle, pasarás delante de la Casa de Félix Mesón Gómez, con el interesante escudo en piedra de su fachada y, seguidamente, llegarás a la Plaza Mayor (Plaza 10 de Mayo). No es muy grande pero resulta coqueta y armoniosa, con un pilón en el centro. El edificio del ayuntamiento la preside y bajo sus soportales verás la antigua picota del siglo XVII.
Otros edificios que dan forma a la Plaza 10 de Mayo son la Casa Parroquial del siglo XVIII, la “Casa de las Mozas de la Fortuna” (curioso nombre para otro burdel) y la actual Oficina de Turismo.
Justo detrás de la Plaza Mayor, en la calle Toril, puedes visitar el Museo de la Inquisición, con su calabozo, sala de torturas y artilugios varios para poner los pelos de punta a todos sin excepción. Además, este lugar es también un interesante museo etnográfico donde se exponen enseres de la vida cotidiana que te ayudará a conocer mejor la comarca de La Vera.
Desde la plaza tienes una buena perspectiva de la Iglesia de San Lorenzo, en la zona más alta del pueblo. Llegarás a ella en pocos minutos andando. La iglesia es del siglo XVI y ha sido declarada Monumento Histórico Artístico. De su exterior destaca la torre campanario de más 30 metros, coronada por una cruz que, según cuentan, fue colocada como homenaje a las víctimas que murieron a manos de La Serrana de la Vera. Visita el interior para contemplar el retablo mayor barroco y el imponente órgano.
Desde la plaza de la iglesia, puedes bajar por la calle Santa Isabel para ver (en la calle Llana) la Casa Carvajal, la única del pueblo con escudo nobiliario en la fachada y donde se cree que nació La Serrana.
Unos pasos más adelante, te llamará la atención la Casa de la Peña, una de las más originales de Garganta la Olla, cuya imagen es el símbolo principal del escudo del pueblo. Tres vigas de madera sujetan la balconada de esta peculiar casa descansando en una peña que parece surgir de la nada, fuera de lugar y en mitad de la calle (ahí lleva la peña siglos, sujetando la casa y creando una de las estampas más llamativas de este pueblo de La Vera que no dejará de sorprenderte).
Regresando por la calle Llana y la calle Huerta entrarás al Barrio de la Huerta, con todo el encanto de la arquitectura tradicional de la comarca de La Vera. Callejea a gusto contemplando las casas de entramado con vigas de madera, los soportales, los balcones llenos de flores… En el nº 21 verás la que fuera residencia de verano de los Duques de Alba, convertida en el siglo XVIII en casa de la contratación de la seda.
Más razones para visitar la comarca de La Vera
Sobran las razones para visitar la comarca de La Vera. Su ubicación privilegiada, en la falda sur de Gredos, entre el río Tiétar y la Sierra de Tormantos, hace que sea la comarca con más vegetación de Extremadura. El agua, en forma de arroyos, charcas, pequeñas cascadas, piscinas naturales… crea parajes únicos perfectos para disfrutar del turismo activo y de la naturaleza. Senderismo, paseos a caballo o en bicicleta, piragüismo, escalada, barranquismo, pesca, observación de aves… ¡lo que quieras!, las posibilidades para desconectar y descubrir este paraíso cercano son infinitas.
Además, el patrimonio cultural de La Vera es impresionante. Si te ha gustado Garganta de la Olla, en la comarca te esperan otras 18 poblaciones que bien merecen una visita. Algunas, como Pasarón de la Vera, Cuacos de Yuste, Villanueva de la Vera y Valverde de la Vera han sido declaradas, al igual que Garganta de la Olla, Conjunto Histórico Artístico.
Si el emperador Carlos V de Alemania (I de España) eligió La Vera para pasar sus últimos días, por algo sería, y es que esta comarca sorprende y “engancha”. Merece la pena visitar el Real Monasterio de Yuste (a tan solo 7 km) para entender la elección del monarca.
Descubre también la rica gastronomía de la comarca que va más allá del famoso y exquisito pimentón de la Vera (de producción artesanal y con Denominación de Origen). Los quesos de cabra, las truchas, la cerveza ¡de bellota! o platos como la sopa de tomate, el ajo de patatas (con bacalao), las migas, y por supuesto, los embutidos y el jamón ibéricos son delicias que no te puedes perder.
Por último, si quieres descubrir algunas de las fiestas populares más llamativas de Extremadura, declaradas de Interés Turístico, apúntate a “El Peropalo”, “Los Empalaos” o “Los Escobazos”. Seguro que será una experiencia que no olvidarás.
A mí, que soy de la zona siempre me había llamado la atención esta historia. Me alegra que ahora gracias a los bloggers se está difundiendo por todo el mundo