Garajonay, el parque nacional de la laurisilva
Pocos lugares en el mundo presentan la riqueza natural de La Gomera. La más pequeña de las Islas Canarias conserva un singular reducto de los bosques que cubrían prácticamente Europa durante la Era Terciaria, y que desaparecieron con las glaciaciones del Cuaternario: la laurisilva. Para salvaguardar esta muestra de fósil viviente se creó en 1981 el Parque Nacional de Garajonay, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, debido a su singularidad y diversidad biológica.
Esta tupida selva surge entre un manto de nieblas de aspecto mágico, ocupando una extensión de 3.984 hectáreas en la altiplanicie central de la isla, más de un 10% de la superficie de La Gomera.
Garajonay está formado por un frondoso bosque que crece en un ambiente de elevada humedad, entre un mar de nubes producido por un fenómeno de inversión térmica, dando lugar a la conocida lluvia horizontal.
La vegetación de este parque natural está compuesta por unas 2.000 especies vegetales diferentes (algunas de ellas endémicas), que, en función de la altitud y dosis de humedad que reciben, dan lugar a distintas clases de bosques: el fayal-brezal, la laurisilva de valle, la laurisilva de ladera, los brezales de cumbre… Destaca también la abundancia de musgos y líquenes recubriendo los troncos de los árboles, así como la cobertura de helechos.
Esta selva es también el hogar de cerca de mil especies de invertebrados y 38 tipos de animales vertebrados, básicamente reptiles y aves.
Centro de Visitantes “Juego de Bolas”
Para descubrir todas las claves que permiten comprender la naturaleza virgen del Parque Nacional del Garajonay debes acercarte al Centro de Visitantes “Juego de Bolas”, situado en el municipio de Agulo, en la zona del pre-parque. El edificio está rodeado de un precioso jardín botánico con una amplia representación de la flora autóctona de la isla de La Gomera.
Este Centro de Visitantes cuenta con una sala de exposiciones dedicada a la naturaleza del Parque Nacional de Garajonay, y de La Gomera en general, en todos sus aspectos: geografía, clima, geología, flora, fauna y usos humanos del territorio. Desde este centro se organizan visitas guiadas al parque natural.
Cuenta también con “La Casa de la Memoria”, una exposición dedicada a elementos históricos de la vida tradicional y rural, que incluye reproducciones de una vivienda campesina y de un enterramiento aborigen, así como explicaciones sobre la música, danzas y folclore popular, entre los que cabe destacar el silbo gomero como lenguaje y técnica de comunicación ancestral.
Rutas de senderismo en Garajonay
El Parque Nacional de Garajonay cuenta con una amplia red de senderos que permiten recorrerlo y disfrutar de maravillosos paisajes, modelados por la erosión a lo largo de millones de años y envueltos en un ambiente fantasmagórico de brumas permanentes.
Por ejemplo, nosotros hicimos la Ruta de los Barranquillos (circular, de 0,8 Km de recorrido y baja dificultad), que discurre por la vertiente sur del parque natural, atravesando un bosque de fayal – brezal.
También nos permite asomarnos a la orilla de la meseta central de la isla, delimitada por un gran acantilado, desde donde hay unas estupendas vistas de la costa oeste de La Gomera (muy recomendable antes de la puesta de sol), así como de las vecinas El Hierro y La Palma.
Otra de las rutas de senderismo de escasa dificultad que puedes realizar en Garajonay es la que lleva a la Presa de Meriga. El sendero atraviesa un denso bosque de laurisilva hasta llegar al embalse, donde la panorámica de los árboles reflejándose en las tranquilas aguas es espectacular.
Aquí puedes ver más información sobre la red de senderos de Garajonay.
Garajonay, un paisaje de leyenda
El parque toma su nombre del Pico Alto de Garajonay, que con sus 1.487 metros es la mayor altura de la isla. Pero este mágico lugar no está exento de leyendas y existe la versión canaria de Romeo y Julieta:
La leyenda cuenta que, durante las fiestas de recolección, la princesa aborigen Gara se enamoró de Jonay (hijo del mencey tinerfeño de Adeje). Cuando sus padres se enteraron, se opusieron a la relación puesto que Gara era princesa de Agulo (lugar del Agua) y Jonay era príncipe del Fuego (el Teide, en Tenerife), por lo que la unión seguro traería la desgracia para todos.
Ante la imposibilidad de vivir su amor, Gara y Jonay se escaparon y subieron hasta el pico más alto de La Gomera, y al verse acorralados, tomaron un palo de cedro afilado por ambas puntas y, apoyándolo en sus pechos, se abrazaron y murieron atravesados, despeñándose por el alto que hoy lleva sus nombres: Garajonay.
Más Información: Parque Nacional de Garajonay en Turismo La Gomera.
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